Bedaziluá lii

Bedaziluá lii
Me acordé de ti, te recordé

viernes, 26 de octubre de 2012







Beso tu espalda, recorro el arroyuelo que viene de tu cuello, voy dejando atrás los labios, la sed de otro continente, el deseo que desemboca en tus caderas, mis manos se apoderan de tus pechos, por tus pezones despierta el deseo de mis dedos. Al suave tacto que te toca y buscas en mis labios la sed de ayer, de días pasados anhelándote. Desde este presente en el que te miro, y desde el ayer, -cuando aún eras niña-, hasta hoy que te deslíes mujer, y en mi boca voy sabiendo tus secretos. Vas despertando al lobo en mi saliva. Te beso, mil veces te beso y cada beso es un ave que espera tocarte para levantar vuelo en un nuevo despertar de tu piel. En tu epidermis que voy recorriendo. Por tu cuello, por tu garganta, por el pozo de tu ombligo donde canto a la luna y bajo a tu vientre. Me demoro besando tu aroma a hembra, mi lengua se llena de tu sabor a fruta madura. Entro en tus helechos, en el jardín donde nace la fábula y soy el unicornio que camina sin demora, que busca al mar en tus adentros, sin descanso. Me rodeas con tus piernas y me encierras en tu savia amorosa, donde el lobo que soy se disemina en ti: (páramo de flores perseguidas al rayar la aurora), albor de miel que poseyéndote me aniquila. Furor de espuma, raya de tigre, canto verde que llueve y despeja el manto de neblina que queda en ti, cuando en un solo gemido tuyo amanece y somos el solo frescor del barro, la sola humedad de la saliva. 

 Gab Martínez