Bedaziluá lii

Bedaziluá lii
Me acordé de ti, te recordé

miércoles, 5 de noviembre de 2014


Poema de amorosa raíz
Antes que el viento fuera mar volcado,
que la noche se unciera su vestido de luto
y que estrellas y luna fincaran sobre el cielo
la albura de sus cuerpos.
Antes que luz, que sombra y que montaña
miraran levantarse las almas de sus cúspides;
primero que algo fuera flotando bajo el aire;
tiempo antes que el principio.
Cuando aún no nacía la esperanza
ni vagaban los ángeles en su firme blancura;
cuando el agua no estaba ni en la ciencia de Dios;
antes, antes, muy antes.

Cuando aún no había flores en las sendas
porque las sendas no eran ni las flores estaban;
cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas,
ya éramos tú y yo.
Ali Chumacero

(Acaponeta................

Ali Chumacero

(Acaponeta, Nayarit, 1916 - 2010) Autor de una obra poética breve pero muy significativa, recogida en los libros Páramo de sueños, Imágenes desterradas y Palabras en reposo. Recibió importantes premios literarios, entre ellos la escultura Primero sueño, entregada en Nepantla en el año 2001.

martes, 14 de mayo de 2013

Alfil



i
Por el frente hundido el alfil de sol.
Humedecido entre la luna oculta
bogando en la sangre de dos uvas.
Bebiendo del aroma de articulaciones
perdidas en vibrato, genuflexas.

 ii
Urdiendo su entrada y salida momentánea
del fuego en que las almas untadas,
una a una, dos a dos. Una moviéndose en tres:
alma, sangre y cuerpo, se condensan se unen,
trascienden.

 iii
Muerden el cuerpo de barro
saliva, semillas desperdigadas.
Lamiendo, bebiendo sedientas,
cerrándose y abriéndose
la herida oculta.

iv
Fisura delirante avasallando
cada pozo urgido de caricias.

v
Velamen; asta bandera que llega,
cada vez mas lejos.

vi
Impetuoso corcel corriendo por el mar.
Latiendo en olas,
presintiendo la nube blanca,
jirones de luz; bahías.

vii
Desparramándose el nido de aves,
donde gaviotas vuelan
y la espuma diamante
se derrama en;
sílabas de miel:
gota, abejas.

Gab Martínez



--------------------- Image: Tomas Ruker

lunes, 18 de febrero de 2013

EL PEZ





Me hundí en tu ombligo y fue como irse hundiendo en un pozo de agua dulce. Detrás quedaron cicatrices comunes cerradas por el viento y la sed. Fui despejando con mi lengua las pieles de tu piel hasta encontrarte. Al fondo unos peces dibujaban un movimiento lento y rojo. Fluían en tu sangre que se transparentaba en un movimiento vertical, hacia tu vientre. Mis manos cargaban tus caderas y sostenían el cuenco donde yo nadaba por la superficie besando cada pequeño lunar de tu vientre, cada vestigio de sombra hasta proseguir en el exacto inicio de tu sexo, donde mi lengua buscaba abrigo en esa ola cálida de tus labios cerrándose y adoptando ese garabateo húmedo y tibio sobre el pez de mi lengua que probaba tu acidez, internándose por la transparencia de tu sangre. Nadando paralelamente desde el fragor de leche de tus pechos hasta el ultimo nervio de tu ingle. Abrazado a ti, fundido en el fuego de tus edades, viaje al universo de tu insomnio y cada rizo tuyo aprendió mi nombre y me deletreo. Tu sabor de uva madura corría por mi lengua y mis sentidos. Supe entonces que estas hecha de cristal y de espejos de agua mecida en sombra.

Gab Martínez

lunes, 28 de enero de 2013

El cuello




"El cuello y su voz;
el eco de su voz en una lengua,
que despierta pájaros y nubes,
pezones en donde amanece la luz,
y el compás irregular de un tacto
que hace tiempo vive en tu espalda.
Caída libre; por la curvatura de sus nalgas.
Un cuerpo que, se va haciendo río, labios y fuego.
Un sabor cunde río adentro:
humedales y flores nacen en el centro del mundo.
Tu vientre: un huerto de labios y miel,
lluvia de primavera en una piel,
que de tan desnuda
no deja saber que amanece,
en el sueño de dos cuerpos
que en su unidad plural se eternizan."

G. Martínez

viernes, 26 de octubre de 2012







Beso tu espalda, recorro el arroyuelo que viene de tu cuello, voy dejando atrás los labios, la sed de otro continente, el deseo que desemboca en tus caderas, mis manos se apoderan de tus pechos, por tus pezones despierta el deseo de mis dedos. Al suave tacto que te toca y buscas en mis labios la sed de ayer, de días pasados anhelándote. Desde este presente en el que te miro, y desde el ayer, -cuando aún eras niña-, hasta hoy que te deslíes mujer, y en mi boca voy sabiendo tus secretos. Vas despertando al lobo en mi saliva. Te beso, mil veces te beso y cada beso es un ave que espera tocarte para levantar vuelo en un nuevo despertar de tu piel. En tu epidermis que voy recorriendo. Por tu cuello, por tu garganta, por el pozo de tu ombligo donde canto a la luna y bajo a tu vientre. Me demoro besando tu aroma a hembra, mi lengua se llena de tu sabor a fruta madura. Entro en tus helechos, en el jardín donde nace la fábula y soy el unicornio que camina sin demora, que busca al mar en tus adentros, sin descanso. Me rodeas con tus piernas y me encierras en tu savia amorosa, donde el lobo que soy se disemina en ti: (páramo de flores perseguidas al rayar la aurora), albor de miel que poseyéndote me aniquila. Furor de espuma, raya de tigre, canto verde que llueve y despeja el manto de neblina que queda en ti, cuando en un solo gemido tuyo amanece y somos el solo frescor del barro, la sola humedad de la saliva. 

 Gab Martínez

miércoles, 22 de febrero de 2012

Arde

Arde tu cuerpo en una metáfora
pensarte una y otra vez desnuda
la dualidad de tus pechos
en mis manos, uno a uno pequeños míos
aprender su peso con mi boca.
El sabor de tus pezones
navegando en mi boca.
Ave apresada entre mis labios,
y mojarlos cuando
en la calle de tu espalda
es tarde y llueve,
el olor de tu piel
humea en los rincones
y en las calles los peatones
se detienen para admirarte
y verte surgir con flores nuevas
y tu vientre desnudo y oscuro
donde entro con regularidad
y todo es subterráneo y luces blancas.
Encendido en tu nuca te digo
que es jueves de nuevo y que te amo,
con mi cuerpo perfectamente
sellado a ti, te hablo;
que cada noche estaré contigo
a esta hora sembrándote de nuevo
y mientras llueve, tú miras los espejos
me pasas los lentes y tu boca sabe a mi
tu boca aprende a a tallar
sílabas mudas, paisaje pardos
palomas nuevas, vuelos cortos
las manos calcan redondeces
calles inesperadas, vecinos de marzo
todo es hablar del tiempo
y sin su permiso, aprenderme tu nombre
y tus piernas abiertas,
mi mano llamando norte a tu cintura
sur a tus pies y algodón siempre
entre nubes blancas -vestigios de abril-
mis ojos te lamen el alma
y yo afinco mi pertenencia
al campo a las raices que se hunden
las aspas recuerdan el calor
de nuestros cuerpos humedos
pieles azules de tanta agua
Sabemos el color del deseo
y la cera que vierte la noche
para cantarnos que hoy es hoy
este el momento y estas tus manos
que me buscan y que yo repito
que estarán ahí en mi pecho
Y en tu cintura cada noche.

Gab Martínez

jueves, 2 de febrero de 2012

Curvo

El mundo es curvo como la luz que persigue tus senos y vuela con desidia al nido parvo de tu ombligo.

Y se clausura la sed como un pozo ciego al que le falta agua pero no humedad ni sal.

Sólo idolatría.

Gab Martínez