Haber interrumpido tu luz
tus horas ciegas
cuando la claridad te hacia sentir vencedor
quizás no menos indómito que Aquiles
(el héroe es tránsfuga del barro
busca el imperecedero bronce
la claridad de no equivocarse sabiendo
que toda carne es polvo
y que todo rencor ceniza)
pero te alzaste contra el espacio
contra las ordenes del demiurgo
pensando que las alas fugarían
por el inmortal mediodía
y no bastaron tus horas sabias
pediste el ensueño de saberte
caída y duelo interminable
y te miro cayendo ante mis ojos
sabiendo que no terminaras de caer
cuando cada mirada te sostiene
desde su propio interno abismo
y a ras de vuelo eterno
de pájaros continentales.
Gab Martínez